miércoles, 2 de julio de 2008

Capítulo 2: El hombre de las cadenas

Worales, segúnme han contado algunos, les ha gustado mi novela. Espero no defraudarlos, haré mi mejor esfuerzo para que sigan leyendome ^^ acabo de terminar el capítulo 2, disfrutenlo.

Capítulo 2: El hombre de las cadenas.


Sin saber por que no podía consolar el sueño, Joseph decidió esa noche salir de su cuarto a dar un paseo. No dejaba de pensar en aquel festival de muerte. Estaba realmente sorprendido por la estupenda actuación de algunos de sus combatientes, sus favoritos ya los tenia en mente. Lorea, claro, estaba en esa lista. Joseph no tenia ni la más mínima idea de a donde se dirigía, recorrió aquellos pasillos subterráneos donde toda la organización se encontraba. Sus pasos eran sordos dentro de aquella silenciosa oscuridad, la flama del cigarro que había encendido estaba por extinguirse y sus ánimos por la vida le parecían repugnantes.

Caminó por lo menos 30 minutos hasta escuchar unas débiles voces a lo lejos, pensó que no debía importarle así que no le presto mucha atención y continuó caminando a su ritmo. Conforme avanzaba, la fuerza de las voces se hacía más y más fuertes. Continuó con su caminata hasta llegar a un sitio donde había un poco de luz. Las voces continuaban, Joseph, aun que podía escuchar lo que decían, no les prestaba atención.

Se detuvo en el centro de aquel foco tan solo para introducir su mano en la chamarra vieja que había comprado alguna vez en París, y sacar una cajetilla de cigarros baratos. Sostuvo uno entre sus labios mientras guardaba la caja en su chamarra de nuevo. Hizo un par de intentos para prender el encendedor pero entre las voces escucho algo que sus oídos no pudieron detener. Escucho su nombre decir.

Guardo el encendedor sin ni siquiera encender el cigarro y empezó a caminar hacia las voces con un paso un poco más acelerado.

-“Esa bestia repugnante ha hecho que los únicos 100 niños que nos quedaban se matasen entre sí y solo nos quedáramos con 20. Esto es totalmente inaceptable. Exijo que actúen de inmediato, de lo contrario, además de matar al resto de los niños, podría matarnos a nosotros.” – La voz más gruesa lo decía casi gritando.

-“No seas bruto, si seguimos aquí es gracias a Joseph, él desde un principio se encargó de todo…”- era la voz de un viejo, pero fue callado.

-“¿Qué seguimos aquí por él? La muy rata…”- se calló también, Joseph había entrado al cuarto.

Daba pasos largos y lentos. Entró aplaudiendo.

-“Veo que aquí todos están conformes con mi trabajo”- miraba a un trío de hombres, uno de ellos era un científico, gran amigo de Joseph, otro era Mustiane, un tipo grande, negro y calvo de apariencia matona y el último era el presidente de la corporación. –“, creo que todos saben el por que de mis actos, sea para bien o para mal, estoy confiado de que al final todos nosotros triunfaremos. ¿Alguna vez le he fallado?”-

-“A mi no me podrás engañar, si seguimos en pie en esta guerra no es gracias a ti, tú no has metido ni un solo dedo en estos asuntos.” – Mustiane estaba realmente enfadado.

-“Soy el jefe y director de planes estratégicos basados en el proyecto Marcus66, creo que todos aquí saben de antemano que hemos proyectado todo para el año 2015, ¿Qué esperabas?”- Joseph no se mostró nervioso ni un segundo, ni uno solo.

-“¡¿2015?! ¿Esta usted loco? Puede que para el 2015 todos estemos muertos.” –

-“Esta bien, no te preocupes. ¿No has leído mis repotes? Se aproxima una gran misión.”-


15 de diciembre de 2012


Misión: Eliminar el actual mandatario de Rusia.


Los 20 niños que fueron sobrevivientes a la masacre, fueron entrenados como nunca en ese par de años. También les enseñaron como “vivir”, como aparentar ser humanos y poder pasar desapercibidos entre la gente.

Para su nueva misión fueron sigilosamente infiltrados en Moscú, la capital de Rusia, a cada uno se le asigna un compañero con el cuál deberá vivir y ninguna pareja podrá tener cualquier tipo de comunicación con otra pareja. Esa misión parecía más una misión de entrenamiento.

Lorea se encontraba leyendo un libro que había encontrado en el departamento que le asignaron, esperaba a su compañero. Paseó el lugar, inspeccionó cada rincón por si había alguna trampa, cámara o algo. Les enseñaron a no confiar en nada ni en nadie. Escuchó que alguien tocaba la puerta y acudió a atender el llamado. Abrió poco a poco, era un hombre alto, vestido de mesero, sostenía una charola con su brazo izquierdo y su brazo derecho lo tenía sospechosamente oculto detrás de su espalda.

-“Buenas tardes, señorita, disculpe que la moleste pero…”- No pudo decir más, alguien le disparó justo en la cien.

-“¿Te diste cuenta qué puedes morir si sigues siendo tan descuidada?”- Alguien lo dijo detrás de Lorea. El corazón de Lorea se paralizo en ese instante, sus parpados se alejaron de sus retinas, y sus manos apretaban su camisón. Mil pensamientos cruzaron su mente ese momento, “¿Quién dijo eso?, ¿Cómo llegó ahí?, ¿Moriré?”

-“Puedes estar tranquila, seguro esta muerto” – Esa voz de nuevo… ¡Ah! Es “él”… Un par de años atrás pelearon, Lorea lo venció, sin embargo le perdonó la vida.

Lorea pudo voltear a gusto, pero un poco incomoda a la vez.

-“¿Desde cuando llevas ahí y cómo entraste?” – Preguntó Lorea bastante molesta.

-“Lorea, somos compañeros de habitación. ¿Me pregunto si es hora de decirte mi nombre? Últimamente, Joseph había hablado mucho de ti y sin que te dieras cuenta, también he investigado sobre ti.” – Ese tipo lo decía tan serenamente desde el fondo de ese lugar.

-“Eres asqueroso, ¡Pervertido y repugnante!, me das asco. ¿Cómo diablos llegaste ahí sin que me diera cuenta?” – Era una maldita furia lo que invadía en ese momento a Lorea. – “¿En qué maldito momento te metiste?” –

- “Llegué antes que tú…” – Un poco burlón lo decía ese tipo. – “He estado practicando él espionaje, no pude permitirme a mí mismo que me vencieras de esa manera. Tenia que hacer algo al respecto.” –

-“¿Por qué has matado a ese sujeto?” –

-“Revisa su brazo derecho y debajo de su saco.” –

Lorea quedo intrigada. Fue con el cadáver e inspeccionó su chaqueta. Era imposible. ¿Cómo sabia que tenía una bomba con él? Lorea volteó a ver a su compañero lanzándole una mirada asesina.

-“¿Cómo sabias?” -

-“Instinto.” –

Lorea revisó buscando, en su mano apretaba una pistola.

-“Creo que deberíamos comenzar a llevarnos bien, al fin y al cabo seremos compañeros durante mucho tiempo. ¿Qué tal si vamos a pasear por ahí y conocemos el lugar de la misión?” – Parecía que no quería pelear.

-“¿Cómo maldita sea te llamas?” – Lorea aún seguía furiosa.

-“Flosk, es el nombre que me han asignado.” – Sonreía al mismo tiempo que lo decía.


Después de un mes de haber entablado conversación de nuevo, Lorea y Flosk parecía que habían hecho gran conjunto. Su trabajo en conjunto era fascinante. No necesitaban hacer planes estratégicos para que el otro comprendiera que era lo que tenía que hacer. Habían estado espiando a la fortaleza rusa, conocían todo sobre ellos, solo faltaba atacar y dar el jaque mate. Parecía que se comprendían bien.

Para un hermoso domingo estaba todo preparado, plantarían minas alrededor de todo el edificio perfectamente resguardado, donde se encontraba alojado su cobarde objetivo.

Sin embargo, las cosas no pudieron salir como lo planeado.


Esa noche, la noche que planeaban hacer su gran hazaña caminaban por el parque central, ya no había nadie, la penumbra hacía de las suyas y jugaba con quien pasaba a través de esas débiles luces de faros viejos. Caminaban silenciosamente y vieron una silueta humana de lejos. Al cruzar miradas con ese peatón se percataron que era otro niño de la república, pero aquel niño no parecía estar normal. Lorea y Flosk se detuvieron unos pasos después de haber topado con aquella persona. Algo no estaba bien. Aquella persona también se había detenido. Por unos segundos la mente de Lorea pensó que correría sangre ese momento. Estaba en lo correcto.

Todos voltearon al mismo tiempo. La katana de Lorea, reflejaba la hermosa Luna que el cielo regalaba. Ella acariciaba el mango de su katana con la yema de los dedos, estaba ansiosa por hacer correr la sangre. Su arma pedía a gritos ese delicioso sabor.

Aquel sujeto tenía una gran y diabólica sonrisa. Sus colmillos estaban extremadamente grandes. Las uñas de sus dedos habían crecido hasta volverse en afiladas garras.

No hubo tiempo de decir nada. Comenzó una pelea. Pero… ¿Por qué pelear entre ellos?

Flosk tomó con ambas manos su cadena y estiró con fuerza un pequeño pedazo. Cuando el otro sujeto comenzó a correr hacia ellos, Lorea apuntó su espada contra su nuevo objetivo. El primero en hacer contacto con él, fue Flosk. Trató de alguna manera amarrarlo con la cadena pero era imposible, el otro tenía demasiada fuerza. El suspiro de aquella bestia era salvaje, parecía que había crecido un poco, su musculatura había brutalmente incrementado. Salvaje y rápido intentaba desgarrar a Flosk pero este apenas lo podía bloquear con su cadena. Lorea tan solo podía.

Una zarpada de aquel monstruo logro arrancar un trozo de piel del hombro izquierdo de Flosk pero parecía no importarle, en vez de eso, retrocedió rápido y de un movimiento, estiró ambos brazos hacia abajo y comenzaron a salir cadenas de su manga. Metros y metros del más duro metal del mundo, terminó y comenzó a mover ambos trozos de cadena por el aire. Les daba vueltas cada vez más rápido. El enemigo se acercaba corriendo pero justo antes de lanzar su ataque, Flosk envió un ejército de eslabones a enredar a su enemigo en una prisión de cadenas. Las cadenas continuaban moviéndose alrededor del enemigo y en un segundo Flosk jaló con fuerza sus cadenas.

Aquel tipo estaba totalmente inmovilizado. De sus ojos escurría sangre, tal que al llegar a su boca, este la saboreaba.

-“¿Qué haces Lorea? ¡Mátalo!” – Gritó Flosk.

Lorea asintió y al llegar a un metro del enemigo levantó su espada pero no lo pudo matar.

Una luz del cielo los iluminó, de entre las copas de los árboles se apreciaba un helicóptero. Algo les trataba de decir pero no comprendían con exactitud que era, aun que lo averiguaron cuando comenzaron a dispararles.

Tuvieron que abandonar su presa, ahora tenían que huir. A lo lejos se escuchaban las sirenas de las patrullas y más helicópteros comenzaban a llegar. De cada máquina voladora iba descendiendo de un soldado ruso en uno. Todos les disparaban, no podían quedarse ahí.

Pronto encontraron una cañería destapada donde pudieron bajar, y ahí continuaron corriendo sin mirar atrás, solo querían sobre vivir a esa persecución.

Corrieron sin rumbo durante 10 minutos hasta que el techo se rompió y de ahí calló la bestia con la que habían peleado,

Estaba furioso y deseaba matarlos. Lorea sin dudarlo un segundo, desenvaino la espada y llegó hasta él de un brinco, sostenía la katana con ambas manos y de manera que parecía que batearía una pelota de base ball.

El cuello del monstruo era mas blando de lo parecía. Su sangre quedó en ese sucio y asqueroso caño.

Parecía que los habían descubierto, ¿Qué pasaría con los demás niños, y porque este actuó de forma tan brusca?, ¿Qué le habrá pasado?


Lograron salir con vida de aquel lugar, regresaron a su apartamento para no salir por mucho tiempo.

Flosk estaba sangrando, parecía que la herida fue mas profunda de lo que esperaba. Respiraba muy rápido y sudaba como una bestia agitada. Finalmente quedo tumbado sobre su cama mientras Lorea lo curaba.



Osuka